Los problemas de mal comportamiento de los niños suelen darse en muchas familias; déjame contarte la experiencia de mi hermana pequeña Cecilia. Ella es madre de Fio de 6 y Marco de 3, ambos son unos críos adorables; pero a medida que pasan los meses Cecilia me cuenta que ya no puede manejar la situación con Marco, esto la ha superado, es un chico tremendamente inquieto, respondón, le gusta dar la contra en todo, se enoja y rompe cosas, y últimamente ha empezado a hacer pataletas en la calle cuando no consigue lo que quiere, y ¡claro! suele salirse con la suya porque Cecilia no quiere sentirse avergonzada frente a los extraños.

Ella cree que el comportamiento de Marco es algo normal para su edad y sólo necesita expresarse; intenta razonar con el crío preguntándole ¿Por qué has hecho esto …o aquello? Pero lógicamente la respuesta suele ser: “Porque si” o “No sé”. Cecilia ha visto que el mal comportamiento de Marco va en aumento y reconoce que se le ha ido de las manos, teme que el chico esté fuera de control y que tenga problemas en el kinder, no sabe cómo frenarlo sin tener que castigarlo, pero a la vez no desea que Marco siga portándose mal, exhibiendo sus pataletas frente a la familia y desconocidos.

Finalmente Cecilia acepta un poco de ayuda profesional, primero ha entendido que su hijo es muy inteligente, curioso y aunque no tiene edad para razonar como adulto, sabe muy bien cómo actuar para obtener lo que quiere, en otras palabras, él sabe cómo manejar a su madre 🙂

Trabajamos con Cecilia explicándole las técnicas más sencillas de manejo conductual para conseguir el cambio en Marco, aprendió a observar sin intervenir, a no mostrar ansiedad, ni perder los papeles con sus travesuras y a poner y mantener límites para su disciplina. En corto tiempo ha visto cambios muy positivos: Marco estaba más sociable con sus amigos, ya no quita las cosas, dejó de hacer rabietas, las pataletas quedaron atrás, ahora es más cariñoso con su mamá y hasta ayuda en casa guardando sus juguetes y alcanzando cosas de la cocina.